Trabajo
en un bar-cafetería del centro de Madrid en el turno de mañana, como refuerzo
para la hora de la cervecita del mediodía. Entro a las 10:00 y salgo a las
14:00. Esto me permite pagar los gastos de mi carrera a la que asisto por la
tarde y la mitad del alquiler del piso donde vivo con mi novia. Sonia es
auxiliar de enfermería y tiene turnos tanto de mañana, tarde o noche, así que unos
días nos vemos para desayunar y otros para cenar.
La primera
noche que la conocí fue en un pub a eso de las 2:00 de la mañana o así. Iba con
un grupo de amigas y me fijé en ella porque llevaba un vestido negro muy ceñido
que resaltaba todas sus curvas. Además llevaba su pelo castaño recogido en una
cola alta que dejaba ver su fino cuello, su piel clara y unos labios carnosos
pintados de azul oscuro. Estaba espectacular. Mis amigos y yo nos acercamos a
ellas y empezamos a entablar conversación. Yo fui directo a hablar con ella, me
daban igual las otras chicas. Recuerdo que después de un rato de charla me
contó que se había sacado el título de auxiliar de enfermería y que estaba
haciendo las practicas en un hospital de la ciudad. Yo le dije algo como “¿en
el trabajo las auxiliares os ponéis esos vestidos tan sexis con faldita corta
que hay en las tiendas de disfraces?”. Lo dije en broma pero a ella se le
cambió la cara y se fue directa al baño mascullando algo por lo bajo, pero me
puedo hacer una idea de lo que era. Pasado un rato regresó y le pedí disculpas,
le dije que había sido una broma y todo eso y bueno, pude enderezar la noche.
De todo esto hace ya más de 3 años.
Esta
mañana ha sido de esos días en los que ella ha trabajado de noche y llega a
casa sobre las 8:30, justo para ponerse
el pijama y acostarse. Mientras yo me duchaba ha entrado en el baño, me ha dado
los buenos días (o buenas noches para ella) y me ha dicho que se iba directa a
la cama, que luego nos veíamos por la noche. Al salir de la ducha y después de
secarme el pelo, lavarme los dientes y echarme crema en la cara, me la he
encontrado ya durmiendo. Estaba preciosa. Acostada de lado al filo de la cama,
llevaba el tanga blanco que dejaba al descubierto su precioso culo redondo,
voluptuoso y perfecto. En la parte superior no llevaba nada. Al ir rodeando la
cama en silencio para verla mejor me he fijado en que el tanga que llevaba era
el de Mickey Mouse que a ella tanto le gusta (es un poco friki, tiene ropa
interior de personajes Disney, de R2D2 de Star War, Marvel, etc). Los brazos cruzados
sobre el pecho no dejaban ver apenas sus tetas pero por el contrario se veía
perfectamente su ombligo con un piercing que se hizo hace unos años y que le
queda genial.
No
he podido evitar ir poniéndome súper cachondo al verla así. Estaba irresistible
con ese aspecto angelical a la vez que tremendamente sexi. Mi polla ha
reaccionado de inmediato y se ha tensado como un mástil de bandera. Me he
acercado a ella y empezado a darle besos en el hombro, luego en el cuello, muy
lentamente he pasado a las comisuras de los labios y ahí ha reaccionado con un
pequeño y corto gemido “umm”. He seguido dándole pequeños besos en sus labios
cerrados. Cada vez estaba más excitado y he empezado a tocarme. Se me ha ocurrido
juguetear con mi cosita pasándosela muy suave por los labios para ver si
despertaba. Después de unos 20 o 30 segundos en los que no reaccionaba y
parecía que no iba a hacer nada, ha abierto los labios ligeramente, lo cual me
ha puesto todavía más a tono. Al poco, ha sacado su lengua y le ha dado un
lametón lento y pausado, casi recreándose, como si fuera un chupachús. Lo
curioso es que seguía respirando de forma profunda como si siguiera dormida.
Después de varios lametones ha abierto la boca y se la ha metido entera. Con
toda mi atención sobre su boca, no había reparado en que se había cambiado de
postura y con su mano izquierda se estaba tocando entre las piernas con la mano
por encima del tanga acariciando el clítoris. Al pequeño Mickey se le veía
bastante mojado. Su mano derecha ha agarrado mi polla y ha empezado a realizar
movimientos más rápidos acompañados de succiones y lametones. Con tanto placer
de ver cómo ella se masturbaba a la vez que me masturbaba a mí he soltado un
gemido muy grande a lo que Sonia ha respondido con una sonrisa mientras seguía
con los ojos cerrados. Pasados varios minutos, que por mí no se hubieran
acabado nunca, he sentido como todo mi cuerpo se tensaba y me he preparado para
lo que venía. Sonia ha seguido con el mismo ímpetu a pesar de que ha notado que
me iba, hasta que me he corrido dentro de su boca. Aun así ha seguido chupando
durante unos 20 segundos hasta que me he vaciado completamente. Al terminar se ha
levantado, se ha refrescado un poco, se ha lavado los dientes, me ha dado un
beso en la mejilla mientras yo me recuperaba sentado al filo de la cama y se ha
vuelto a acostar diciéndome “hasta luego cariño”, con una sonrisa en la cara y
ha cerrado los ojos para dormirse.
Llevo
un rato en la cafetería y sigo en shock. Se me han caído ya dos vasos de lo
atontado que estoy. Todavía sigo pensando en lo que ha pasado pero me ha
encantado. Esta noche espero devolverle el favor.